Hace unas semanas Telecinco, para rellenar su parrilla veraniega, se sacó de la manga un nuevo reality, Campamento de verano. Atrás quedaron aquellos veranos donde la cadena emitía Supervivientes. Sale más económico inventarse realities patrios donde todo sirve con tal de conseguir audiencia. Y es aquí donde discrepo.
Me gustan los realities de Telecinco (Gran Hermano, Supervivientes, Acorralados, Hotel Glam...). No me he perdido casi ninguno y realmente creo que revolucionaron la manera de hacer televisión. También me chiflan las peleas absurdas de Salvame y Salvame Deluxe. Pero no a cualquier precio. Si ya me pareció desproporcionada la expulsión de Argi de Gran Hermano y su posterior justificación en los diversos programas de la cadena, lo que están haciendo con la escritora Lucia Etxeberria me parece igual de intolerable.
Todo el mundo puede opinar sobre el paso de un concursante por un reality, yo también lo hago. Pero una cosa es comentar e incluso criticar el paso de una persona por un determinado programa, y otra es hacer bullig, insultar, desprestigiar y contar mentiras de todo tipo. Pues bien, esto es lo que en mi opinión le están haciendo a la escritora Lucia Etxeberria desde programas como El campamento o Sálvame en sus dos versión, Diario y Deluxe.
No creo que la vasca, ganadora del premio Planeta y que entró en el concurso para poder pagar una deuda con Hacienda, sea una santa. Nadie lo es. Kiko Hernández y Mila Jiménez tampoco. Probablemente, como todo hijo de vecino, tenga sus rarezas y en este caso un carácter con muchos prontos y altibajos, pero eso no justifica que se le maltrate (si he escrito MALTRATO) y acose como lo están haciendo. Sobre todo porque aunque ella intente defenderse a través de sus redes sociales, nunca podrá competir contra cuatro horas diarias de televisión en su contra. La guerra, de todas formas, ya ha comenzado.
Responsables de Telecinco, no todo vale por la audiencia. Se que estas polémicas os dan picos de audiencia importantes en esta época de fragmentación de las mismas y de crisis publicitaria, pero al mismo tiempo os aporta desprestigio como cadena. Gente como yo, que siempre ha defendido vuestros programas, nos estamos cansando de tanta falta de ética. Y quizá es hora de que comience, aunque me duela y como ya hice con la expulsión de Argi, un nuevo boicot a esos programas de vuestra cadena donde la ética y la deontología periodistica las tienen guardadas en un cajón.
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